No puedo menos que estar sorprendido de pasar prácticamente todos los días por la misma situación. Siempre hay alguien que no tolera a otro alguien, por alguna razón las cosas no funcionaron entre ellos y no sólo eso, sino que algunas personas se la pasan haciéndolo notar. No sé que es lo que piensan, que al hablar mal y burlarse de otros ganan algo o quizá lo hacen únicamente por pasar el rato. Pero no es agradable.
El problema se hace más grande cuando, por empatía o compañerismo, o más aún, simplemente por la obligación social de las buenas maneras, me veo obligado a seguir la plática, a decir algo. Si pongo el dedo sobre la llaga en esos momentos y señalo que esos comentarios no me agradan, malo. Si no digo nada, también malo. El único camino correcto parece ser el de seguir la corriente y al menos aceptar el comentario, mostrar cierta aceptación. Pero ¿y qué si no quiero hacerlo? Normalmente me quedo callado, veo que eso también se interpreta como malo. No es que me importe mucho, sencillamente antes no me daba cuenta.
Creo que la gente que me cae mal o, dicho más propiamente, aquellos con los que no quiero tener mucho que ver, lo saben y están conscientes de ello. En contadas ocasiones le he dado literalmente la espalda a alguien y seguido por mi camino. Lo irónico es que aún en esos casos la gente no parece superarlo. Al menos en la última ocasión la persona siguió diciendo pestes de mí. Ignoro si aún lo hace, pero es lo más probable. ¿Hacia donde va todo eso? No puede salir nada bueno de ahí.
Aún más insoportable me resulta ver el ritual diario de la hipocresía, casi podría sacar mi cronómetro y predecir con absoluta precisión lo que va a ocurrir. Llega la hora del examen y ya se organiza un plan de acción para bloquear el flujo de información hacia ciertas personas. Comienza la plática entre el grupo y, apenas sale aquel rechazado, la burla empieza a dirigirse exclusivamente a él. ¿Cómo puede la gente hacer como que lo incluía en su círculo en un principio? ¿A caso creen que nadie se da cuenta o que es divertido? Sólo me hace pensar que este tipo de cosas se hacen buscando algún beneficio. Ignoro cuál, sinceramente, aunque parezca estar muy claro. A primera vista parece ser una especie de intercambio: tú me das tal cosa y yo aparento que me caes bien. Todos felices, pero no, es una completa falsedad. Por un lado se dice “yo con fulanito no quiero nada” y por el otro ahí están, tratando de sacarle beneficio. Y cuando fulanito hace algo que a todo mundo le molesta, no se le dice. ¿Sería correcto hacerlo? No lo sé, pero para mi resultaría más respetable y normal, mucho menos enfermizo. Comienzo a sentir que el ambiente en que me desenvuelvo no es suficientemente normal. O quizá, en el peor de los casos, lo es, y el mundo no es más que un gran teatro que pretende engañar a los demás.
Dudo mucho que las personas que “caen mal” a todo mundo no lo sepan. En mi caso, yo percibo muy fácilmente los pequeños gestos inconscientes, las miradas, el tono de voz que delatan el engaño. No es una habilidad que haya desarrollado voluntariamente, pero ahí está. Y me ha permitido detectar a algunas personas dos caras con las que no quisiera tener ningún trato. No es posible hacerlo, en primera porque el entorno es muy pequeño y siempre acabo siendo arrastrado de alguna manera. En segunda, por extraño que parezca, todo mundo parece asumir que es una obligación muy grande hablarle “bien” a los demás, a los que todos conocen. Como si fuéramos una gran familia feliz. Que mentira tan enorme y tan fea.
No digo que deberíamos andar por ahí con caras largas y volteando la mirada todo el día, no, simplemente creo que cuando alguien te cae mal, sería mejor hablarle lo mínimo. Eso sí, siempre de forma amable y con respeto. Y me refiero a los casos en que las cosas son ya irremediables, en general no tiene la mayor relevancia que alguien te caiga mal por tal o cual motivo. Pocas veces pasa a mayores, en serio no es para tanto.
El peor caso creo que es cuando alguien se convierte en la burla interminable de los demás. Todo mundo conoce el caso de aquél pobre que tiene fama de estúpido y es la comidilla eterna. A mi casi nunca me parece divertido. Puedo entender el motivo de la burla, la burla en sí, pero luego de un rato me cansa. No me dedico a eso. Quizá por eso tengo fama de seria, callada, apartada, no lo sé exactamente. Los casos más importantes han ocurrido cuando no me dejo llevar por la corriente y no veo por el bien de los demás (al menos a sus ojos no es así). Analizo los casos en que he rechazado a alguien de manera muy drástica y creo que efectivamente hice algo por lo que pudieron no haberse sentido respetados. Y entramos al gelatinoso terreno de establecer límites adecuados entre lo que se debe y no se debe hacer, entre la libertad de uno y la del otro. También está el acumulado de todos los chistes de los que no me he reído pero ¡hey!, si no lo hago es porque no me parece gracioso y hasta ahí, como dije no pasa a mayores.
He conocido a varias personas que con gran facilidad le agradan a la gente, la hacen reír y platican con soltura, se desenvuelven con una facilidad impresionante. Yo no soy así ni quiero serlo, porque en la gran mayoría de los casos esa gente aprovecha el humor pero cae en el error de convertirlo en su único medio de comunicación o la única forma de llamar la atención. He convivido casi toda la carrera con gente así y no siento que vaya para ningún lado. Aún así, no es por eso que he decidido tratar a algunas de ellas lo mínimo indispensable. Al conocerlas me he dado cuenta de que sólo me traen problemas o frustraciones (y es, por que no tolero la hipocresía), nada bueno. Si me trajeran sólo cosas que no me importaran, que me fueran totalmente indiferentes, bueno, creo que en ese caso estaríamos mucho mejor.
Pensando, viendo las cosas en retrospectiva, me sorprende aún más darme cuenta de que la mayoría de las veces yo caigo mal porque se espera que actúe de cierta forma y no lo hago, creo que resulto impredecible. La gente, por alguna extraña razón, sigue sintiéndose obligada a considerarme en sus planes, más para mal que para bien, y siente que le falto al respeto cuando no hago lo mismo. Al menos ese es uno de los factores. Supongo que debo comunicarlo todo, considerar a todo mundo y hablar mucho más de mí para caerle mejor a la gente, sólo que no es lo que busco. Por mi parte yo estoy muy bien. Pero la gente se molesta realmente muchísimo cuando actúo completamente por mi cuenta. Muchos de los más grandes malentendidos que he tenido han sido porque la gente no me dice lo que espera de mí, cuando se pretende “leer entre líneas”. La sutileza es tema completo para otra discusión. Siempre, al repasar los hechos y tratar de ver como puedo mejorar en el futuro, me doy cuenta de que lo mejor hubiera sido que todos estuviéramos más abiertos a la comunicación. Si no hablas, nadie te va a escuchar.
Y si les caigo lo suficiente mal como para que no me digan que lo hago les afecta o no lo soportan, pues mejor para mí. Me evito discusiones y hago lo que quiero
Conclusión: A vivir la vida y sean siempre ustedes mismos, y no traten de ser diferentes solo por agradar a los demás....Yupiiiiii!!! Fin de Semana!Que se la pasen supeeeeeer!!con cariño Marceale :)